La costa y su interior se complementan de tal manera que hacen que la provincia sea un lugar único
Cuando hablo de Málaga, por supuesto, a cualquiera se nos viene a la cabeza la Costa del Sol, un destino que por sí solo es conocido mundialmente, porque el sol, la playa, la buena comida, la seguridad y el mejor ocio están garantizados como modo de vida.
Pero Málaga, además de todo esto que acabo de contaros, es también su interior… y en esa mezcla es donde nuestro destino gana a cualquier otro que intente competir con él y os lo quiero enseñar en estas pocas líneas.
El sendero que años atrás era conocido como el más peligroso del mundo es ahora el más visitado y es que pocos sitios tienen esa mezcla de adrenalina y belleza como nuestro “Caminito del Rey”, donde la seguridad es uno de sus puntos fuertes.
Ronda, esa ciudad clásica donde emocionarse es tan fácil como asomarse al Tajo por el Puente Nuevo antes de disfrutar de sus vinos tan únicos y singulares como su Real Maestranza…
Hacer senderismo por El Parque Nacional de la Sierra de Las Nieves y El Valle del Genal puede hacerte sentir que el otoño es más acogedor fuera de casa si te pierdes en sus bosques de hojas coloradas.
La Axarquia, la Toscana andaluza que nos enamora desde que bajamos por Colmenar y atravesamos el Pantano de La Viñuela, un lugar donde el mango y el aguacate nos dan los buenos días cuando dormimos en uno de sus hoteles con encanto…
La Comarca de Antequera donde el equinoccio de otoño nos enseña que hace más de 6.500 años ya había arquitectos que construían Dólmenes para jugar con el sol y la luz… y con ello veneraban a su “Dios” hoy conocido como La Peña de los Enamorados o El Torcal de Antequera, un paisaje natural que un día emergió del mar y resultó algo tan único que nos hará dudar si estamos en un planeta aun por descubrir… Un trinomio que fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
La Gran Senda de Málaga, un macro-sendero que integra en un único recorrido a muchos de los atractivos del interior y de la costa, como La Cueva de Nerja, uno de los monumentos naturales más visitados en el que comenzar nuestro camino hacia el Río Chillar que nos hará terminar en un referente de los pueblos blancos como es Frigiliana.
Y otros enclaves menos conocidos pero que merecen la pena dedicarles una visita como son: Los Cien Caños, nacimiento del malagueño Guadalhorce, en Villanueva del Trabuco; el nacimiento del Chorro en Villanueva del Rosario; la Plaza Ochavada de Archidona; la Reserva Natural de la Laguna de Fuente de Piedra con su población de flamencos; la Cueva de la Pileta en Benaoján; el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, un auténtico paraíso del senderismo; el sendero del Saltillo en Canillas del Aceituno; las Ruinas de Bobastro en Ardales… son, entre otros muchos, atractivos turísticos que tiene nuestra tierra y que tienen que seguir cuidándose y poniendo en valor…
Todos estos enclaves serían por sí solos un destino turístico con el tirón suficiente como para que fuesen foco de interés de cualquier turoperador. Pues Málaga los tiene todos juntos y a poco más de una hora de una punta a la otra y esto, queridos lectores, no hay destino en nuestro globo que pueda cuando menos igualarlo.
El interior de Málaga contribuye sin duda a desestacionalizar un destino conocido con todo el merecimiento a nivel mundial por el sol y la playa, pero que poco a poco debemos y queremos que se conozca con todo su potencial y en eso va a jugar un papel determinante nuestro interior.
Ante todo este panorama de oferta, es importante, no solo focalizar y concentrar la promoción del interior de nuestro destino en ferias especializadas existentes en Europa y Reino Unido en las que distribuidores de demanda y público final buscan nuevas alternativas de oferta para viajar; sino que, como complemento, el posible planteamiento de un plan estratégico integral de mejora de estos territorios del interior en lo que a conectividad digital, señalética, movilidad, accesibilidad e infraestructuras se refiere, supondría un impulso definitivo para la gestión turística del territorio y el posicionamiento del interior de nuestra Málaga.
En nuestras manos está y en las de nuestros representantes, sostener y darle el valor que tiene esta tierra de sueños, a la que a veces saben dárselo mejor los que vienen a verla más que nosotros mismos y eso es porque ellos, ya hace tiempo, que se han dado cuenta.